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La Oniomanía es la denominación clínica para el trastorno por compras compulsivas, pero ¿Quieres saber si alguien de tu entorno o incluso tu mismo lo padeces? Ahora te damos las claves para descubrirlo.

 En la actualidad, estamos acostumbrados a ser bombardeados con un sinfín de inputs ya sea por el televisor, escuchando la radio, paseando por la calle o revisando nuestras redes sociales. Pero son estos días como el Black Friday, donde parece una imprescindible realizar todas las compras impulsivamente, por el “miedo” a perder los “xollos” antes de navidad.

 

Tal vez habrá escuchado la frase: –  Tienes un problema. ¿Por qué no paras de comprarlo todo?, pero, ¿será cierto que tengamos un problema?

La gran mayoría podéis estar tranquilos, ya que la oniomanía, aunque se agudiza en estas épocas por el entorno, tiene un patrón constante el resto del año, comprando cosas sólo para saciar esta ansia compulsiva. Aún así, si quieres quedarte más tranquilo, responde a estas preguntas:

 

  • ¿Compras cosas impulsivamente varias veces a la semana?
  • ¿Después de comprar, baja tu nivel de estrés?
  • ¿Sientes un deseo casi incontrolable cuando estas estresad@ de comprarte cualquier cosa?

Si todas las respuestas han sido afirmativas, es posible que padezcas Oniomanía, en caso contrario, puedes estar tranquilo y disfrutar de estos días.

 

Para todos aquellos que tengáis dudas, os damos una pequeña explicación técnica de la patología y si tenéis alguna pregunta, no dudéis en consultárnoslo:

 

El trastorno por compras compulsivas u Oniomanía es la necesidad intensa y recurrente de comprar de forma impulsiva, provocando un deterioro significativo de todas las áreas vitales del individuo.

 

Actualmente, este trastorno no está especificado como tal en el manual diagnóstico DSM-V, pero diversas publicaciones dan los siguientes criterios para hacer el diagnóstico:

  1. Impulsividad excesiva y recurrente por comprar.
  2. Repetición de la conducta pese a las consecuencias.
  3. Necesidad urgente de comprar.
  4. Intentos infructuosos de controlar los gastos.
  5. Aparición de consecuencias negativas por el hecho de comprar: agotamiento, deterioro social, laboral y/o familiares, problemas económicos.